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Foto del escritorCeci Mansilla

La gran mayoría de los programas de liderazgo fallan porque dejamos a las personas solas.

Organizaciones de todos los tamaños invierten fortunas en programas de liderazgo año a año para entrenar y desarrollar a las personas que cumplen roles de liderazgo. Invierten tiempo y dinero, las personas invierten tiempo, energía, ganas y... no funcionan. ¿Qué es lo que pasa? Te lo cuento en este artículo.


Mujer lider frustrada en el trabajo
Mujer lider cansada en el trabajo.

Es real que un porcentaje bajo de programas, realmente logra un cambio a lo largo del tiempo. Los feedback post-sesión pueden ser buenos porque disfrutaron del evento, pero cuando a los 6 o 9 meses se evalúa si hubo un cambio de comportamiento, no siempre se logra. Pero, como no quiero que este sea sólo un artículo de opinión, quiero empezar compartiéndote algunos datos de la industria sobre esta problemática.


Datos estadísticos sobre el fracaso de los programas de liderazgo:

1. Impacto limitado: Un estudio de Harvard Business Review encontró que solo el 10% de los programas de liderazgo tienen un impacto significativo en el desempeño de los líderes. Esto significa que la mayoría de los programas no están logrando sus objetivos.

2. Falta de seguimiento: Una encuesta de PwC reveló que solo el 25% de las empresas realizan un seguimiento del impacto de sus programas de liderazgo. Esto significa que muchas empresas no saben si sus programas están funcionando o no.

3. Diseño inadecuado: Un estudio de la Society for Human Resource Management encontró que el 40% de las personas que lideran no creen que los programas de desarrollo de liderazgo sean relevantes para sus necesidades. Esto indica que muchos programas no están bien diseñados.

4. Costo elevado: El costo promedio de un programa de desarrollo de liderazgo es de 5,000 USD por participante. Esto significa que las empresas están invirtiendo mucho dinero en programas que no siempre son efectivos.



Acciones para cambiar estos resultados.


Impacto real. Muchas consultoras y personas expertas ofrecen programas de capacitación a empresas que son, como solemos decir en la industria, "enlatados". Esto significa, yo diseño un programa que considero que es genial, y le vendo el mismo programa a todas las empresas. Me lo piden, lo pagan, lo facilito, lo evalúo, cierro el tema. No estoy al 100% en contra de estas cuestiones, pero creo que no es el mejor approach para programas de desarrollo de habilidades de liderazgo. Mi estrategia para programas de liderazgo, y la de mi consultora Personas que trabajan, es personalizar. Con esto me refiero, para hacer un programa de impacto, necesito saber qué tengo que resolver. Cuál es el desafío que enfrentan las personas que van a participar, cuál es el GAP que identificó la empresa que necesita cubrir. Cómo trabajan hoy y qué cambios podrían hacer para aumentar su productividad y lograr mayor eficiencia.

Desde mi perspectiva, podemos tener como "base" un programa enlatado, pero siempre debe ser personalizado a las necesidades de cada grupo que participan cuando hacemos programas in-company para que tengan un impacto real y significativo.

Falta de seguimiento. Los programas de formación no son una checklist. Repetimos una vez, los programas no son una checklist. Cuando trabajaba en training dentro de una empresa, cuando abría lugares para cursos de liderazgo, muchas personas del liderazgo cubrían los lugares a modo de checklist. Bueno está persona lidera, tiene que hacerlo porque su rol es "líder". Y, tal vez, aunque su rol tuviera esa nombre, esa persona no era la audiencia de ese programa y allí empezaban los problemas. Y, luego, como ya habían cubierto la checklist que habían mandado a la persona al curso, era un tema cerrado. Y, no. La transformación el aprendizaje ocurre con la experiencia. Con la aplicación de lo que aprendieron. Y, para aplicar necesitamos dos cosas: oportunidad y soporte. Las personas que lideran a quienes participan en estos programas juegan un rol clave y muy activo, deben dar soporte, seguimiento y asegurarse de darles las oportunidades necesarias para que puedan aplicar lo que aprenden en el trabajo.


Diseño inadecuado. Qué tema. Post pandemia básicamente todo el mundo hace cursos online. Esto hace que muchas personas consideren que "saben" hacerlo y venden estos servicios como profesionales cuando no lo son. Y, no me refiero a que no tienen un título universitario o un certificado internacional, me refiero a si tienen experiencia real trabajando en empresas o si no la tienen. Y aquí mi humilde opinión: busquen personas de afuera que hayan estado adentro alguna vez. Yo diseño programas que sé que las personas necesitan y pueden aprovechar, y lo sé porque contraté decenas de programas que no sirvieron. Esto no me hace mejor que los demás, también contraté programas que fueron increíbles y aprendí de mi experiencia. Personas que nunca trabajaron en una empresa, personas que nunca lideraron un equipo de trabajo pueden saber mucho del tema, pero desde una perspectiva teórica. Y, en el trabajo necesitamos la práctica. Busquen diseños prácticos y reales. Si al contratar un programa no te preguntan cómo es el trabajo real de las personas, qué hacen, qué desafíos enfrentan... si no hay un relevamiento inicial para adaptar los contenidos, ¡cuidado! Están dejando pasar una oportunidad de mejorar el programa y de aumentar su impacto.


Costo elevado. No hay un benchmark hoy en día para saber cuánto debería costar un programa. Yo intento mantener precios accesibles porque realmente creo en la democratización del acceso a la educación, por eso vendo en Udemy. Pero, hay muchos otros profesionales que cobran fortunas y no me parece mal. Si el resultado lo vale, bienvenido sea. Cómo sabes si realmente vale lo que vale un programa, buscá testimonios REALES. Buscá personas que hayan participado y hablá con ellas, podes hacerlo por LinkedIn o redes. Y preguntales ¿Qué pudiste hacer después del programa que antes no podías? Con esta simple pregunta vas a medir de una forma muy acertada el impacto del programa.


Los programas de desarrollo de habilidades de liderazgo, funcionan.


Los programas funcionan, no nos quedemos con lo negativo. Lo que no creo que funcione es la "receta mágica". Cuando te digan que hay una solución mágica a todos los problemas que funciona para todas las personas, ¡cuidado! Y, cada persona es única, cada persona aprende de forma distinta, prefiere formatos especiales, le interesan temas diferentes y tiene necesidades particulares.

Como organización también tenemos que entender esto y capitalizarlo. En lugar de gastar una millonada en un súper programa presencial. Podes conseguir acceso a un curso en vivo, más materiales on-demand, más una comunidad que permita el intercambio de artículos, podcasts, conversaciones, debates, ejercicios guiados y conseguirás resultados aún mejores. Cubriendo distintos estilos y formatos, más flexibles y adaptables hoy en día es una gran estrategia para lograr una verdadera transformación.


Ceci Mansilla

L&D - Creadora de Personas que trabajan.



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